«No permitas que nadie te diga que no puedes». Esta frase, repetida como un mantra motivacional, ha servido de combustible para innumerables proyectos, algunos exitosos, otros destinados al olvido. Sin embargo, esta inyección de optimismo, si no se maneja con cuidado, puede convertirse en una bomba de tiempo. Porque, seamos sinceros, no todas las ideas son viables, y el mercado, con su fría lógica de oferta y demanda, es el juez inapelable.
El mito de la motivación sin límites
«Más de una vez he sido testigo de situaciones cercanas al stress post-traumático ante proyectos profesionales que, una vez pasadas todas las fases, terminan irremediablemente aparcados definitivamente por la rigidez inapelable de las cifras, las cuales no hacen más que otorgar un valor numérico a todo el proceso previo.»
«No permitas que nadie te diga que no puedes» es una verdad a medias. La frase completa, aunque menos inspiradora, debería ser: «No permitas que nadie te diga que no puedes: ya te lo dirá el mercado«. Y el mercado, créanme, no se anda con rodeos. Nos lo dirá con la contundencia de las ventas insuficientes (o directamente inexistentes), la falta de interés del público objetivo y, en última instancia, con el fracaso del negocio.
Ejemplos de sueños que chocaron con la realidad
- Los intentos fallidos de «innovaciones» sin demanda: Pensemos en un dispositivo que prometía revolucionar la forma de cocinar, pero que requería una curva de aprendizaje demasiado empinada y no resolvía un problema real para los consumidores, ni venía a resolver de mejor manera un problema con soluciones ya existentes (algo que ya expliqué en este modelo). A pesar del entusiasmo del creador y su convicción de que era un producto innovador, el mercado simplemente lo ignoró.
- El caso de las redes sociales efímeras que no lograron despegar: Muchas redes sociales han intentado replicar el éxito de gigantes como Meta, ofreciendo propuestas similares o ligeramente diferentes. Sin embargo, la mayoría han fracasado al no lograr atraer una masa crítica de usuarios. El mercado, en este caso, demostró que no había espacio para una propuesta que no ofreciera un valor diferencial significativo.
- El freelance con precios bajos y alta necesidad de volumen: una persona con talento en diseño gráfico que decide emprender como freelance. Entusiasmado/a por la idea de ser su propio jefe, comienza a ofrecer sus servicios sin un análisis profundo del mercado. Ante la necesidad de atraer a muchos clientes para escalar de forma rápida aparece la imposibilidad de lograrlo si no reduce los precios. Sin embargo, pronto se da cuenta de que, para alcanzar un ingreso decente, necesita una cantidad abrumadora de proyectos. La carga de trabajo se vuelve insostenible, la calidad del servicio se resiente y, a pesar del gran esfuerzo, la rentabilidad nunca llega. Termina por asumir un problema clásico: un mal encaje producto-mercado combinado -la estrategia errática en pricing simplemente termina siendo la guinda en el pastel. El mercado le estaba diciendo, a través de la falta de rentabilidad, que su modelo de negocio no era sostenible.
¿Cuándo insistir y cuándo rendirse?
Tampoco se trata de caer en la «pivotación eterna», cambiando constantemente de rumbo sin una estrategia clara. En algún momento, hay que tomar una decisión y asumir las consecuencias. Especialmente en las startups, donde el tiempo y los recursos son limitados, es crucial saber cuándo perseverar y cuándo abandonar. El juego de las sillas musicales termina, y cuando la música se detiene, no todos encuentran un asiento.
Conclusión: Equilibrio entre pasión y análisis
La pasión y la perseverancia son fundamentales para emprender, pero no deben cegarnos ante la realidad del mercado. Escuchar al mercado, analizar las cifras y ser honestos con nosotros mismos son habilidades igual de importantes. A veces, «que nadie te diga que no puedes» se convierte en un autoengaño peligroso. La verdadera valentía reside en saber reconocer cuándo una idea necesita madurar, adaptarse o, simplemente, ser descartada en favor de un proyecto más viable.